Anteriormente, ya hablamos de qué son los portafolios y la importancia de mantenerlos actualizados para conseguir nuevos clientes y proyectos. Sin embargo, si no nos hemos dado la tarea de tomar un tiempo para organizar nuestros proyectos, construir un portafolio efectivo puede convertirse en una tarea abrumadora, y hasta odiada por muchos creativos.
La raíz de esto puede devenir del hecho que aún no hemos decidido organizar nuestros servicios como profesionales o no hemos descubierto realmente el tipo de trabajo que nos representa. El camino de cada uno es muy particular y en el medio podemos vernos trabajando o siendo parte de proyectos que no son un reflejo del tipo de proyecto en el cual queremos trabajar en un futuro. Y eso esta muy bien, porque no somos estáticos.
Entendiendo que un portafolio no debe confundirse con un catalogo, podemos utilizarlo como una herramienta efectiva para mostrar lo que hacemos.
Si no sabes cómo empezar a contar tu historia como creativo, acá abajo te dejo tres 3 tips para tener en cuenta a la hora de armar un buen portafolio.
Filtra tus trabajos.
No muestres todo lo que haces. Por dos razones: primero, el portafolio se puede volver muy largo e irrelevante y segundo, no todo lo que hacemos está a la altura de nuestras expectativas. Es así, y hay que ser críticos sobre nuestro trabajo, no desde un lugar destructivo, sino desde las experiencias y aprendizajes que nos han dejado cada uno de esos proyectos.
Puedes filtrar tus trabajos por:
- Tipo. Ej: Redes Sociales, branding, comunicaciones, etc.
- Proyecto o Institución. Ej: Si has trabajado distintos aspectos de un mismo cliente o marca.
- Temática. Ej: Si has trabajado con rubros muy específicos como gastronomía, moda, arquitectura, etc.
Tienes que contar la historia.
Es cierto, una imagen vale más que mil palabras. Pero es que detrás de una imagen o producto final siempre hay una intención, un concepto, un brief o una idea. Si bien no tienes que escribir 40 cuartillas sobre porque elegiste el color amarillo para ese logo, es necesario que todo proyecto este acompañado con texto, aunque sea corto. No solo es diseñar de manera estética y siguiendo criterios coherentes, las personas que están leyendo el documento deben saber al menos los detalles básicos del proyecto.
- Nombre del proyecto
- Cliente
- Año/Duración
- Herramientas Utilizadas, software, etc.
- Equipo de Trabajo
PROTIP: Escribe estas cosas en documento que cuente con auto corrector y luego pégalo en Photoshop o Illustrator para evitar errores ortográficos.
Más calidad, menos cantidad.
Luego de organizar y tipificar tus proyectos, llega la hora de seleccionarlos. Si es un portafolio en tu sitio web o una plataforma, acá realmente tienes mucha más extensión y libertad de publicar cuantos proyectos quieras. Sin embargo, si estás construyendo un portafolio específico para algún cliente o proyecto, es necesario limitar la cantidad de proyecto por dos razones:
- Tamaño. Es recomendado que tu archivo final no pese más de 4 MB. Te recomiendo utilizar páginas como smallpdf o ilovepdf para comprimir tu archivo final sin perder la calidad de las imágenes.
- Tiempo. Hay que ser realistas, un reclutador no va mirar un portafolio de 80 páginas, simplemente no tiene sentido.
Si quieren ver más cosas o en los últimos proyectos que has estado trabajando, allí pueden servir dirigirlos a tus redes sociales o a tu página web, en su defecto.
Y un bonus,
Cuidado con sobre-diseñar.
Es complejo cuando queremos mostrar nuestros proyectos, que el formato que usemos no sea muy recargado y quite protagonismo de las cosas que estamos mostrando. Por allí estaría bueno elegir una paleta limitada de colores, una o dos tipografías y así no competir con lo demás. En lo particular ese siempre ha sido mi gran problema a la hora de mostrar mi trabajo.
¡Ahora, algo divertido! Porque no les puedo hablar de tips sin ejemplos prácticos, abajo le dejo los links para algunos portafolios que me he hecho durante los años.
¿Les sirvió? ¿Añadirían algo más para tener en cuenta?
¡Los leo!